
Además tengan el atrevimiento de ampararse para no pagar sus obligaciones; y las autoridades encargadas de hacer respetar la Ley la violen a través de recibir cohechos de los “lideres”, lo cual debemos de estar conscientes que no es posible comprobar.
Y respecto a la irregularidad del comercio, el crecimiento de puestos informales, operativos hacia éstos, manifestaciones ofensivas y difamaciones hacia los funcionarios encargados de estas áreas, la permisiva hacia un locatario de nombre Fermín Torres, quien tiene un gran adeudo con Soapama y con el Ayuntamiento, lo cual es inconcebible que no se haya ejercido la obligación de la autoridad para dicho cobro, ¡es inaceptable! o ¿existe algún oscuro convenio?.
Respecto a las inconformidades de Felipe Ramírez Vázquez, Tomás Sánchez, el mismo Fermín Torres y Celerino González, por los operativos para regularizar los puestos que no acreditan sus permisos y se les debe exigir arreglar sus situación, ahí la autoridad no debe ser condescendiente, sino hacer uso de la misma.
En cuento a las quejas de ciudadanos de la Colonia Álvaro Obregón, a través de Penélope Salas Ayaquica su inspectora, por el excesivo comercio en esa zona y las molestias e incapacidades de ejercer sus derechos de vialidad en el acceso a sus propiedades, es válido, pero lo peor es que no es únicamente en esa colonia sino en todas las que están afectadas por este fenómeno.
En cuanto a los comerciantes, también tienen la necesidad imperante de comerciar, pues la situación económica de ellos y de cualquier ciudadano es muy grave. Así que lo cabe aquí es que las autoridades le den solución a todos estos problemas, sin violentar los derechos de las partes.
Y por último, hay funcionarios corruptos, y bien que saben quienes son, es inexplicable que sigan en sus cargos, así que se debe de hacer una limpia generalizada, ya que “Todos coludos o todos rabones”.
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