miércoles, 11 de abril de 2012

INSENSIBILIDAD EN EL SER HUMANO

Los seres humanos estamos expuestos a una corrosión progresiva de insensibilidad moral y espiritual y al reprimir sus sentidos de ternura se ha vuelto insensible al dolor y no sabe qué es el amor.

El ser humano debe tener como base los pilares de: el amor-ternura; la caridad; el estudio; el culto a Dios y la caridad. El culto al amor a la caridad  y a Dios, implica una participación en la sabiduría divina y la sensibilidad hacia la compasión activa para con los sufrimientos del prójimo.

Por ello la fuente principal de la ternura y la compasión está implícita en el respeto y en el deber educativo en el que debemos capacitar a los niños desde pequeñas/ños, empezar con enseñarle a proteger y cuidarse a si mismos y dentro de este ámbito educacional, debemos enseñarles a cuidar y proteger a sus mascotas porque representa una forma de indilgarle el amor y protección a quienes los rodeas, y no únicamente seres humanos sino a la mascota que está bajo su tutela, pues es muy importante que sientan compasión hacia los animales, desde su niñez hasta su adultez.

El estudio: éste implica una participación de sabiduría con la sociedad y para el mundo que nos rodea. Y nos preguntamos: ¿Qué necesita la juventud para alimentar su sensibilidad?

Creale un sentimiento de existencia trascedente, un sentimiento de veneración y respeto por la sociedad que debemos crearles con oportunidades de satisfacción de sus auténticas necesidades humanas y eso atenuará el sentimiento de insensibilidad,  frustración y rebeldía. ¿Por qué como pretender que los jóvenes sean nobles y con sensibilidad, si nosotros mismos continuamos tolerando lo vil?.

Otro de los grandes problemas de la insensibilidad en el ser humano es la obsesión por el poder en un amplio sentido al culto de éste, y ha hecho resucitar el demonio del poder mismo,  el cual ha transformado totalmente su vida y ha lesionado peligrosamente su interés por cultivar la sensibilidad en la grandeza de su cuerpo; de su mente; de su corazón; al crepúsculo de las aguas; a los paisajes; la flores; a la pobreza; la miseria; la fealdad; la hipocresía que nos rodea y la falsedad de nuestras propias metas e ilusiones, por que no podemos negar lo bello, lo bueno, lo malo, y lo vil, porque eso da origen a la insensibilidad en el ser humano.

Debemos enseñarle a nuestros jóvenes también el conocimiento de la cara sombría de la vida; del dolor; de la tortura del ser humano por el ser humano; enfermedades e incluso agonías de que muchos corazones están llenos de amargura; sentimientos de envidia; de transferencia de culpas a los demás en sus momentos de crisis que atribuyen su fracaso a la sociedad, a la época o sus padres y así patrocinamos la insensibilidad de la juventud y eso debemos evitarlo a través de la  confrontación de esas miserias en el hombre.

































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