El presidente español tiene la piel muy delicada, porque esa arrogancia de no pedir un más que justo perdón ante los imperdonables crímenes, saqueos y otros muchos, lo menos es reconocer que sí deben pedir perdón. Otros mandatarios han hecho este pedimento y no levantaron ámpula; pero aquí en México, porque el Periódico Reforma sustrajo esa información de forma subrepticio.
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